…no hay tristeza ni soledad que puedan quemar la risa y la luz…
José Delgado
La idea-fuerza de la Educación en la Comuna se propone como la fuerza motivadora de la “comunidad pensante” situada dentro de las organizaciones del poder popular, las instituciones del estado con presencia en el territorio y las empresas públicas ubicadas en el entorno (punto y círculo) de la institución educativa en la que se genera la acción educativa transformadora.
De forma genérica, “territorializada” en un sitio particular, Arnaldo Aguilar propone 5 líneas de investigación para producir conocimiento comunitario y transformar la realidad en áreas tan sensibles como son:
1. La producción alimentaria,
2. La producción de medicamentos,
3. La organización y mantenimiento del Transporte público de pasajeros, Bienes y servicios,
4. Pedagogías alternativas y
5. Sostenimiento del sistema eléctrico comunitario.
Todo esto bajo el principio pedagógico liberador de crear valores de uso (Aguilar, 2019, p. 1)
Es de suponer, por la exposición del autor, que para desarrollar estas líneas de investigación se necesita que la Educación Comunalizada desarrolle 3 herramientas
· Acumular mucha fuerza social popular (acción política)
· Demostrar que es portadora de la razón histórica (acción teórico-práctica) y
· Desplegar una nueva emocionalidad (acción sobre la subjetividad) (Aguilar, 2019, p. 1)
Aunque suene de perogrullo el autor liga la transformación educativa a la transformación estructural de la sociedad. Esto hace suponer que un proceso solo se da acompañado del otro proceso en una simultaneidad a veces sincrónica y a veces asincrónica.
Por eso reafirma, que para lograr este postulado de una Educación Comunalizada se requiere de:
· Construir fuerza territorial/comunal (acción política)
· Conciencia de clase (acción teórico-práctica) y
· La emoción de crear un mundo nuevo (acción sobre la subjetividad) (Aguilar, 2019, p. 2)
Visto lo que define el autor y las responsabilidades que le asigna a la Comunalización de la Educación, quienes nos desempeñamos en este vértice nos queda claro que al asumir esta propuesta político pedagógica debemos desarrollar el Proceso Educativo (Enseñanza, Estudio, Aprendizaje y Evaluación) enfocado en la creación de conocimientos y las bases para la creación de tecnología adecuada a las líneas de investigación y de acción factibles de desarrollar en el territorio de nuestra institución educativa (punto y círculo).
Por ejemplo, para ilustrar lo que señalamos, el Complejo Educativo Miguel Antonio Caro es un enclave urbano rodeado de concreto, luces, cabillas y asfalto por todo su alrededor, salvo el espacio dedicado al parque Alí Primera, lo que le pone difícil la producción primaria de alimentos y de medicamentos. Quedaría entonces orientar la investigación a la producción de alimentos procesados a partir de alimentos al alcance de la comunidad, igual sucedería con la creación de procedimientos para generar medicamentos que como base tengan algunas plantas denominadas medicinales y otras cuyos frutos y demás componentes, tengan propiedades curativas. Habría que explorar más meticulosamente sobre actividades productivas menores como pan, artesanía, confección textil, productos de limpieza, pastelería con el fin de promover acciones de agregación que permitan producir más eficientemente y a menor costo.
El aporte formativo, desde el área cuantitativa, para esta investigación, se vincula al campo de las proporciones y las medidas, las que permitirían aportar conocimientos en el proceso de elaboración de estos rubros. Esto permitirá investigar sobre las pedagogías alternativas, dónde se pone en juego las didácticas y las metodologías para conocer y aprender procesos de producción con métodos no colonizados de medición, en el ejemplo que hemos señalado arriba, y establecer las instrucciones de preparación con medidas como una cuchara sopera rasa, una pizca, un dedal, elaboración de diseños para recipientes y envoltorios de tamaños máximos y costos mínimos según su área, etc.
El autor señala los diplomados como estrategia de formación con la finalidad de apropiarse de la ciencia y la tecnología inspiradas en la democracia directa. Esta afirmación tiene unas implicaciones importantes en la construcción de los contenidos a abordar y las didácticas y metodologías de la enseñanza a usar. Insistimos siempre en el análisis, debate y reflexión decolonial de la manera de aproximarse a los conocimientos científicos y a la creación de tecnologías en las manos de los usuarios con el fin de no crear dependencia hacia los “expertos”.
Visto esto, se hace necesario un levantamiento de las actividades comerciales y productivas que se desarrollan en el hábitat alrededor del Complejo Educativo Miguel Antonio Caro (CEMAC). Aunque a simple vista predomina la actividad comercial de intermediación entre el distribuidor mayorista de productos elaborados en sitios lejanos al CEMAC, el mapa del sitio también debe ubicar el sitio de residencia de los que realizan dichas actividades, esto debido a que todo proceso de transformación debe contemplar el compromiso con transformaciones en el territorio. Esto obliga a caracterizar los Consejos Comunales y las Comunas existentes en el punto y círculo del CEMAC.
Todo esto lo afirmamos ya que “Contexto, coyuntura y circunstancias acompañan la dinámica progresiva revolucionaria por una nueva territorialidad, desde el Consejo Comunal y las Comunas, como espacios agregados de poder desde la organización del pueblo en el territorio”. (Regueiro, s.f., p. 2)
Investigar y estudiar el territorio es esencial para planificar, crear una propuesta de estructuración de las acciones a desarrollar en la comunión entre la organización popular en el territorio, la acción educativa de los docentes y la institución educativa presente en la comunidad, con la necesaria participación de las y los estudiantes y sus familias.
Acá queremos hacer un inciso sobre la realidad urbana en la capital de la República Bolivariana de Venezuela. En los centros urbanos, la urbanización (viviendas, comercios, industrias, instituciones educativas, parques y jardines) fueron desarrollados con una visión fragmentaria de las funciones a cumplir. Predominan los edificios, los centros comerciales, las zonas industriales pensados como entes en sí mismos, sin conexión orgánica entre ellos. Esto hace que el ponerlos en relación con el fin de planificar acciones mancomunadas lo hace más complejo, como señala la autora: “implica cambio civilizatorio” (Regueiro, s.f., p. 3)
Es distinto el desarrollo en las zonas sub urbanas, que debido a la ausencia de planificación van creciendo de manera desorganizada y es a posteriori que se generan los servicios y los entes que amalgaman a los habitantes con las actividades comerciales, educativas y recreativas. Igual sucede en las zonas rurales, donde el menor desarrollo urbanístico facilita la relación entre los lugares de residencia, las actividades productivas, educativas y recreativas.
Visto esto, luego de tener el conocimiento del territorio y dependiendo del desarrollo de las organizaciones presentes en el mismo, se procede a determinar cuál es el saber-hacer (en singular o plural) de la población del punto y círculo del CEMAC. Y una vez conocido esto, ver de qué manera puede conectar la comunidad con las potencialidades de la institución educativa y poder establecer un camino para el crecimiento de todos dentro de la geografía comunal en la que se encuentra inmersa el liceo. Desarrollar la topofilia como primer paso y con la concurrencia de los tres componentes ubicados en el CEMAC (estudiantes y docentes, directivos educativos, padres) y los dos componentes ubicados fuera del CEMAC (comunidades organizadas y las comunidades productivas). Este proceso es necesariamente lento porque se refiere a la creación de confianza y amor al territorio, identificación con nuestro entorno que nos debe unir y sentirnos parte de su futuro y desarrollo basado en su proceso geohistórico.
Identificar fortalezas y oportunidades, elaborar un plan comunitario (ACA), identificar los componentes necesarios para elaborar un proyecto específico adaptado a la realidad del CEMAC y su entorno comunitario abre el camino para crear una nueva territorialidad donde la confianza en el hacer conduce a la elaboración de nuevos proyectos y a la incorporación de nuevos sectores, obligando a la institución educativa a explorar nuevos elementos del conocimiento establecido y del nuevo por agregar y/o generar para abordar las limitaciones y los retos que la realidad nos presenta. Este es el proceso de la Comunalización de la Educación.
En esto es que entra la noción de interculturidad crítica de Catherine Walsh, mencionada por Ángel Fioravanti en su ponencia “Comunalización de la Educación como un proceso intercultural y decolonial”, y que parece importante resaltar; la interculturalidad no es solo para que las poblaciones originarias en nuestro territorio aprendan a hablar nuestra lengua y por carambola nuestra cultura colonizada occidental anglosionista. El fin de la interculturalidad, en este caso, crítica, es para conocer ambos mundos, reflexionarlos y hacer una síntesis que tomando lo mejor de ambas culturas genere lo nuevo, adaptado a nuestro contexto actual.
Esta noción de interculturalidad crítica la debemos trasladar al aula. En un aula cualquiera confluyen, de manera directa e indirecta, distintos grupos poblacionales con una cultura general dominante, la cultura colonizada occidental anglosionista. Como todo en la vida, esta cultura se materializa en cada sector con base en su actividad cotidiana, con base en su hacer. Pues bien, cabe resaltar que hay aspectos culturales en los docentes que tiene la impronta de su actividad y formación académica, en los y las estudiantes esa cultura también está marcada por sus actividades cotidianas, igual sucederá con el directivo de una institución educativa, con el padre y/o con la madre y con los voceros de la comunidad.
Desde la sociología y la antropología se debería caracterizar esto para sacarle provecho en el proceso educativo (enseñanza, estudio, aprendizaje y evaluación); para ello se requieren herramientas conceptuales y metodológicas que los docentes, en general, no poseemos y que nos abre una brecha entre los docentes de aula y el resto de los sectores imbricados en el quehacer educativo cotidiano en el liceo.
Esto necesariamente afecta la investigación con fines transformadores de la realidad en el liceo, en el aula, en nuestros estudiantes de cara en su vinculación con su comunidad. Afecta los problemas a abordar, nuestros ojos y oídos funcionan desde nuestra cultura pedagógica; los estudiantes al no ver ni sentir estos problemas desde su cultura obstaculizan su motivación a participar.
Esto nos obliga a la aproximación experimental que complica el logro del currículo escolar establecido desde la cultura pedagógica occidental anglosionista. Descubrir problemas retadores con el doble vínculo, vinculado con las actividades propias de la comunidad y la matemática escolar parece artificial y a veces superfluo. Es por ello, que se estudian e investigan metodologías pedagógicas que aproximen el contenido de la Matemática Escolar al estudio de problemas semejantes a las actividades propias de la comunidad en la que se encuentra la institución educativa que alberga a docentes y estudiantes.
¿Cómo avanzar en la construcción decolonial comunalizadora para promover la participación de los actores vinculados a la acción educativa en la transformación de las prácticas coloniales occidentales anglosionistas?
El sistema educativo venezolano tiene una carga cultural que le da mucha importancia a la formación matemática de nuestros bachilleres, esto se fortalece por los modelos consumistas, económicos y educativos que colocan en primacía la ciencia y la tecnología. De esto están impregnados culturalmente los docentes, los padres, los directivos del sistema educativo y las comunidades productivas, por lo que la presión social sobre la importancia que se le otorga a la formación matemática es grande, se puede ver el camino trazado desde el MPPE sobre la Calidad Educativa basada en pruebas (mediante preguntas de selección múltiple o completación) para verificar el aprendizaje y las alianzas con el LLECE, donde el dominio sobre la matemática es uno de sus tres vértices. Esto lo asumimos como una limitación [obstáculo] en el contexto de las actividades de evaluación realizadas de nuestras escuelas hoy día.
Creemos que con base en los postulados de política educativa vigentes hay rendijas en las que podemos transformar prácticas con el fin de darles un tenor de participación real a la comunidad, y esto es a través de la evaluación, eslabón clave del Proceso Educativo (Enseñanza, Estudio, Aprendizaje, Evaluación) el cual plasmamos en el siguiente esquema.
Como concebimos el abordaje de cualquier tema de formación sobre los contenidos de la Matemáticas Escolar como una propuesta donde se establecen los Contenidos Clave, los aspectos de Lenguaje propios de la Ciencia y los Contextos donde estos se ubican; consideramos que esta práctica sostenida en el tiempo y sus resultados ventajosos sobre los procesos de aprendizaje de las y los estudiantes, permitirá ir aumentando la participación comprometida de sus actores para abordar problemas de las comunidades donde los aspectos cuantitativos tienen algo que decir.
Y aquí hay otro elemento clave en el proceso de transformación de nuestro sistema educativo, y es combatir la atomización del ser y promover la interacción, el apoyo mutuo y la labor conjunta. Se debe promover que los docentes conformen lo que nosotros denominamos CESEE [Colectivos de Estudio y Sistematización de las Experiencias de Enseñanza], (Míguez, 2019), pensar el proceso pedagógico a desarrollar, esto debe hacerse en colectivo. Se debe promover el estudio y la investigación de las y los estudiantes en parejas (grupos de 2)[1]. Se deben promover acciones coordinadas entre docentes y padres, docentes y comunidad, padres y comunidad actividades específicas de apoyo al estudio y la investigación como esfuerzo colectivo.
Promover actividades que combatan la atomización individualista que separa, que divide, que centra todo en la actividad única e individual como las Redes Sociales que aíslan al individuo de su entorno inmediato[2]. Esto no quita la promoción de tener posturas personales, razonadas, sobre cualquier actividad humana o sobre cualquier hecho de la vida. Lo que se debe resaltar es el vigor de una acción mancomunada por sobre una acción individual a la hora de cambiar algo que se acepta como tradición y así modernizar y hacer decolonización de nuestras rutinas diarias.
Por otro lado, la cotidianidad de quienes laboramos en la UNEM, en el CEMAC está transversalizada por la tradición cultural occidental anglosionista. Se manifiesta en nuestra forma de vestir, de alimentarnos, de acceder a la información. Caracteriza nuestros hábitos de lectura, gustos musicales, reflexiones sobre la coyuntura política, sobre nuestra comunidad donde residimos, nuestros vínculos con los Consejos Comunales y Comunas. Esto que dibuja un crisol de matices sobre estos aspectos debe ser transformado desde la práctica cotidiana y para ello se requiere de una Revolución en la Revolución, es decir, una Revolución Cultural.
[1] Adicionalmente a las actividades de estudio e investigación se debe primar la realización de actividades culturales (teatro, cine club, corales, estudiantinas, grupos musicales…), deportivas (pelotica de goma, futbolito, basquetbol, voleibol, juegos intercursos…) y de difusión de los conocimientos (carteleras) en pequeños grupos de estudiantes para combatir la noción individualista de la cultura occidental anglosionista.
[2] Recomiendo leer el libro Era de Idiotas de David Pastor Vico publicado por la editorial Planeta.
Ángel Míguez Álvarez
https://orcid.org/0000-0003-4842-6767
Referencias
Aguilar, A (2019). Un diseño para la transición a través de la Comunalización de la educación hecho entre todos y para todos. Disponible en: www.aporrea.org/poderpopular/a285153.html
Míguez, Á. (2019). Colectivo de Estudio y Sistematización de las Experiencias de Enseñanza de la Matemática Eje Guarenas-Guatire. Documento no publicado.
Regueiro, M. (s.f.). Orientaciones metodológicas para la elaboración de la cartografía comunitaria “Mango Oscuro” fuente inagotable de nuevo conocimiento. Caracas, UNEM.
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