AL LECTOR
Este libro está tomado de los Documentos Históricos
de Faustino Chimalpopoca que existen en la Sección de M. S. del Museo Nacional.
Corresponde a la edición del libro Origen y Modo
de Contar de los Indios editado por Vargas Rea en 1 947.
Espero que su lectura nos permita comprender la visión del sistema de
numeración creado por las etnias Nativas del continente americano, visión que
surge desde las propias etnias en contraposición a la visión de ese sistema
desde la vista del criollo.
De los 100 ejemplares impresos, ponemos a disposición el número 2 que adquirimos en el año 2 012.
Ángel Míguez
FICHA:
Faustino
Chimalpopoca Galicia [también: Faustino Galicia Chimalpopoca]
(1805
– 1877)
Historiador
y nahuatlato.
En
una época donde solo los privilegiados tenían acceso a la educación, tuvo la
oportunidad de estudiar para abogado.
Dedicó
su vida a la enseñanza del náhuatl y a la transcripción y traducción de
documentos coloniales.
Fue
parte de la Academia de Profesores para estudiar las Antigüedades Mexicanas.
Fue
el primer traductor del manuscrito “Anales de Cuauhtitlán” y se desempeñó como
copista bajo la dirección de José Fernando Ramírez.
Perteneció
a la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, donde estuvo a cargo de las
investigaciones de las lenguas indígenas; impartió náhuatl en la Nacional y
Pontificia Universidad de México y trabajó en el Museo Nacional de Arqueología,
Etnología e Historia.
Bibliografía
(escritos, copias y traducciones)
“Origen
y Modo de Contar de los Indios”
“Los
Anales de México y sus contornos” (Anales de Cuauhtitlan, noticias históricas
de México y sus contornos, José Fernando Ramírez (comp.), Faustino Galicia
Chimalpopoca (tr.), México, Publicación de los Anales del Museo Nacional, 1885,
84 p)
“Los
Documentos históricos de nuestro personaje”
Tomado de: http://www.editorialcosmos.com/autor/18/faustino-chimalpopoca-galicia/
y http://www.iberlibro.com/Origen-Contar-Indios-Galicia-Chimalpopoca-Faustino/2437989700/bd
y http://lgpolar.com/page/read/540
el 01-05-2 014
BIOGRAFÍA:
FAUSTINO CHIMALPOPOCA GALICIA
Biografía por Baruc
Martínez
Siempre es difícil y complicado
empezar un texto, cualquiera que sea éste, pero, se vuelve más complicado aún,
cuando se escribe sobre alguien quien ha roto las barreras de su tiempo y su
persona es de actualidad constante; aquel que se decidió a cambiar su mundo y
sigue influyendo sobre el nuestro; quien siempre nos recuerda que la Historia,
aquí con mayúscula, no es lo que ya pasó sino lo que está pasando, en ese
sentido de acción constante con causas de larga o corta duración. Una de estas
personas nació en el umbral del siglo XIX; apenas habían transcurrido cinco
años cuando una madre dio a luz a un hijo pródigo, fue en un pequeño pueblo, en
una casa humilde, entre canales y ahuejotes; con las palabras suaves del idioma
mexicano llegó al mundo Faustino Chimalpopoca Galicia.
Pocas veces recordado, inclusive
por sus familiares, las más de las veces olvidado en lo cotidiano y relegado a
los fríos muros de la academia historiográfica. Sin embargo, fue un hombre de
grandes obras, de ésos que sólo se daban en el siglo XIX; vida fructífera la de
don Faustino, legado para los pueblos de habla nahuatl en particular, pero para
los del mundo entero en general. Obra que no podemos soslayar si queremos
entender nuestra actualidad con respecto a las lenguas primigenias de estas
tierras.
Parece increíble, pero ni en su
propio pueblo se acuerdan de él; ha sido estigmatizado por los juaristas
recalcitrantes; considerado anatema en la historiografía oficial, impuesta por
el Estado burgués en turno. Ninguna calle lleva su nombre, ni escuela alguna,
ni una estatua, mucho menos se le daría su nombre algún pueblo o ciudad, por
pequeño que éste fuera. Así de injusta ha sido la crítica con don Faustino
Chimalpopoca Galicia.
Hoy, sin embargo, las cosas han
cambiado; poco a poco nos vamos quitando el colonialismo de nuestras mentes. La
figura de don Faustino ayuda a vencer los obstáculos que se nos presentan;
ejemplo preclaro para la juventud que ansía conocimiento sobre nuestro propio
ser. Hablemos pues de quién es Faustino Chimalpopoca Galicia.
En 1805 nació, en una casa de
piedra que aún existe, don Faustino Chimalpopoca Galicia en el actual pueblo de
San Pedro Tláhuac. Ocurrió este suceso en el paraje denominado Tecaxic (en la
hondonada de piedra), en el barrio de Ticic (San Miguel), el más importante
desde la antigüedad hasta ese momento. El nombre de su madre nos es desconocido
hasta la actualidad, no así el de su padre: don Alejo Andrés Chimalpopoca
Galicia.
Al parecer era miembro de una de
las familias gobernantes de Tláhuac; el mismo Faustino, en uno de sus trabajos,
señala a su padre con el cargo de tlahtoani, es decir: gobernante. Además
gozaban de un prestigio considerable al ser del linaje de las familias
gobernantes desde la época prehispánica. Así se sabe que los Chimalpopoca eran
descendientes del estrato gobernante por dos líneas: por un lado del tlahtoani
de Mexihco Tenochtitlan: Chimalpopoca y, por el otro, del tlahtoani de Tetzcoco
Ahcolhuahcan: Nezahualcoyotl. Con respecto a este tópico ya hemos apuntado que:
[…] en el pueblo [de Tláhuac]
todavía se conservaban muchas tradiciones provenientes del pasado indígena, aún
en la actualidad es apreciable esto. Por ello, uno de los rasgos
característicos es que existían familias descendientes de las clases
gobernantes prehispánicas y esto les otorgaba respeto entre los habitantes
indígenas. Además estas familias eran las que conservaban de una mejor manera
las tradiciones autóctonas, la historia, la lengua, las leyendas, etcétera. En
Tláhuac podemos hablar, principalmente, de dos familias de este tipo: Ramírez
Ruiz y Chimalpopoca Galicia.
Como miembro de una de esas
familias gobernantes gozó de privilegios que los campesinos tlahuacah no
tuvieron. En aquel tiempo, en Tláhuac, no existía escuela alguna; sus
habitantes se dedicaban, principalmente, a la pesca y a la agricultura
chinampera. El resultado de su trabajo lo consumían y el excedente lo llevaban
a comerciar al centro de la ciudad de México; se dirigían a dos mercados
principalmente: al de Jamaica y al del Volador, ubicado este último en la
actual Plaza de la Constitución.
Entre esos privilegios estuvo el
de la educación; mucho pesó que su padre fuera gobernante de este pueblo,
empero, no fue sólo él quien le permitió el acceso a la instrucción. De acuerdo
con Agustín Mendoza Palacios, nativo de Tláhuac, don Faustino tuvo la fortuna
de que su padrino fuera el sacerdote del pueblo; él fue, pensamos, la principal
influencia para la futura formación del después licenciado Chimalpopoca
Galicia.
Por esos años, en el centro de
México, existía un colegio dirigido por los jesuitas y especializado en la
educación indígena; se llamaba Colegio de San Gregorio. Ahí, precisamente,
ingresó nuestro personaje para prepararse como abogado. Después de varios años
de estudio en dicho colegio obtuvo el título de abogado y, para tales fines, su
padrino fue el entonces emperador de México: Agustín de Iturbide, quien le
obsequió la bondadosa cantidad de cincuenta y dos mil pesos.
Una vez terminados sus estudios
se dedicó a la impartición de clases de lengua nahuatl y a la trascripción y
traducción de documentos antiguos inéditos de procedencia colonial temprana. En
el mismo Colegio de San Gregorio don Faustino se encargó de dar la cátedra de nahuatl
y formó parte de la Academia de Profesores para estudiar las Antigüedades
Mexicanas.
Siendo profesor del citado
colegio tuvo la oportunidad de consultar su biblioteca, la cual era muy basta
en manuscritos indígenas de diversos idiomas. Dentro de esos manuscritos
destacó uno que había pertenecido a don Fernando de Alva Ixtlilxochitl y que
nuestro personaje tituló como Anales de Cuauhtitlan, pues se refería en gran
parte a fenómenos históricos acaecidos en ese pueblo durante la época
prehispánica. El licenciado Chimalpopoca Galicia fue el primer traductor de
este manuscrito; más tarde el abate Brasseur de Bourbourg se puso a las órdenes
de don Faustino para traducirlo y, en su honor, le llamó Códice Chimalpopoca,
que es como se conoce hasta la actualidad.
Hacia 1849 el licenciado
Chimalpopoca conoció a don José Fernando Ramírez y, bajo su dirección, estuvo
trabajando como copista y traductor hasta el año de 1860. El resultado de
dichos trabajos se encuentra en dos volúmenes, principalmente, ubicados en el
Fondo Histórico del hoy Museo Nacional de Antropología: en los Anales de México
y sus contornos y en los Documentos históricos de nuestro personaje.
En 1855, exactamente el 3 de
marzo, don Faustino Chimalpopoca realizó la copia de los Títulos Primordiales
de Tierras del pueblo de Cuitlahuac y anotó al principio de ese documento:
“Copia de Títulos de Tierras pertenecientes a la ciudad antigua de Cuitlahuac,
hoy miserable pueblo, sacada de un manuscrito antiguo que se halla en papel
palmilla por el que suscribe” . Tuvo un objetivo claro esta acción de
Chimalpopoca: que no se perdiera memoria de lo habían ganado los gobernantes
antiguos de Cuitlahuac para sus descendientes. Él mismo lo expreso en la lengua
mexicana:
Non nehuatl axcan ipan mani
metztli Marzo ic ei tonalli ipan matlactloce Tochtli xihuitl, oniquixcopin inin
Tlalamatl, onic quixti itech ce ye huecauh Zololamatl tlacuiloli ipampa cemicac
quimatizque Cuitlahuac tepilhuan, tlein oquinmotlanilique ihuan tlein
oquimanilique inin colhuan ihuan Teteuctin, camo zan quen omonemiltique amo zan
quen omo tlacheltique in Ticic, in Tzintianique tlaca ca omo tequipachotzinoque
ihuan omo tequitilique ipampa inin pilhuantzitzihuan. Axcan no nehuatl ipampa
cemicac neztiez nic tlalia no toca ihuan no Tonal.
Ahora yo también en el mes de
marzo, en el tercer día, en el año doce-conejo [1855], copié estos Títulos de
tierra, los saqué de un viejo y antiguo manuscrito para que siempre sepan los
hijos de Tláhuac, lo que ganaron y lo que entregaron sus abuelos y los señores
principales que no en vano vivieron, no en vano permanecieron en Ticic [lugar
de hombres de conocimiento], los fundadores mucho padecieron y trabajaron para
sus descendientes. Ahora yo también para que siempre aparezca coloco mi nombre
y mi señal.
Lic. Ton Faustino Chimalpopoca
Galicia
Ticic Tlaxilacalli ze [barrio de
Ticic, número 1].
Un año después, en 1856, ingresa
a la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística como socio honorario y, más
adelante, como socio de número. Ahí mismo se encarga de las investigaciones con
respecto a las lenguas indígenas; en especial se dedicaba al mexicano, su
lengua materna, pero, sabemos, también conocía el matlatzincatl y el otomí o
ñahñú. En el boletín, que periódicamente editada esta agrupación, aparecieron
algunos trabajos de nuestro personaje.
Cuando se reinstaura la Nacional
y Pontificia Universidad de México en el año de 1858 se instituye la cátedra de
nahuatl, el licenciado Chimalpopoca, desde ese entonces y hasta 1865, fue
propietario de dicha cátedra. Cabe recordar que en ese último año de 1865 fue
cerrada definitivamente la Universidad, por ello dejó de impartir su cátedra
don Faustino.
Con respecto a estos años de su
vida nos dice María Teresa Sepúlveda y Herrera: “Parece ser que entre 1830 y
1860 Chimalpopoca vivía modestamente; combinaba los quehaceres de su oficio con
los de traductor, copista y profesor de náhuatl, y realizaba algún estudio
sobre la cultura mexica”.
Muchos fueron los documentos que
el licenciado Chimalpopoca legó a los estudiosos de las cultura antiguas de
México; desgraciadamente éstos se encuentran dispersos y, en muchos casos,
permanecen en bibliotecas de universidades extranjeras o, peor aún, en
colecciones privadas de grandes detentadores del poder adquisitivo. Para
mayores referencias diremos que tenemos noticias de que hay documentos,
pertenecientes a la pluma de don Faustino, en las siguientes bibliotecas:
Biblioteca Nacional de México, Fondo Reservado; Biblioteca del Museo Nacional
de Antropología, Colección Antigua; Biblioteca Bancroft de la Universidad de
Berkeley, California, Biblioteca Newberry de la Universidad de Chicago,
Biblioteca Nacional de París, etcétera.
La pregunta sería: ¿cómo llegaron
esos documentos hasta lugares tan lejanos? Muchos de ellos, sin duda alguna,
fueron comprados después de la muerte de nuestro personaje y adquiridos, más
tarde, por las mencionadas bibliotecas. Muchos otros, sin embargo, fueron
adquiridos por medio del engaño; Román Galicia Maldonado, descendiente de
Chimalpopoca, nos relata cómo hace muchos años unos extranjeros llegaron a
Tláhuac y le dijeron a su abuelita, doña Gregoria Galicia, que les prestara los
últimos libros que tenía de su antepasado y que luego se los regresaban; así se
hizo y el resultado fue que nunca regresaron estos individuos. Historias como
ésta deben haber existido pero, lamentablemente, hoy se han olvidado.
Ya desde el año de 1963 don
Faustino Chimalpopoca Galicia se afilió a la llamada Asamblea de Notables,
quienes propugnaban por un gobierno monárquico y la venida de un príncipe
europeo. Bajo el amparo de esta agrupación lanzó un manifiesto el primero de
octubre; el manifiesto, dirigido a la raza india de México, hacía proselitismo
a favor del Imperio, invitaba a los indígenas mexicanos a defender esta causa
pues, desde su perspectiva, la oposición juarista no ofrecía un mejor futuro al
pueblo mexicano. Así, de esta guisa, se expresaba Chimalpopoca:
Macehualtzitzintine, ihuan
mochtin altepeme. In yectlatocayotl in quí paleuhtoc ín huei altepetl Francia,
cenca mo centilana mexica tlalpan. In huel nelli Totatzin Dios oquimo
tlaocoltilli în to huey tonetequipachol, ihuan yehuatzin oquimixpololtilli in
huexcatlatoque, qui milhuia impíos.
Oh venerables mahcehuales
(indígenas) y todos los pueblos. El recto gobierno que ha promovido el gran
pueblo de Francia, sobremanera ha cundido en tierras mexicanas. El gran
verdadero padre nuestro Dios se apiadó de nuestro gran sufrimiento y él ha
confundido a los soberbios gobernantes, a los que les dicen impíos.
Con esta proclama cumplió su
objetivo y una gran cantidad de indígenas se adhirieron a la causa del imperio
de Maximiliano. En labios del mismo Niceto de Zamacois, esto sucedió “[…] por
ser de su propia raza el que les dirigía las palabras y uno de los indígenas
más autorizados por su ilustración y honradez”.
El 28 de mayo de 1864 llega
Maximiliano de Habsburgo y su esposa Carlota al puerto de Veracruz. Al otro día
en un lugar llamado La Soledad, en donde almorzaron los emperadores, apareció
en escena don Faustino Chimalpopoca Galicia. La aceptación por parte de
Maximiliano fue evidente y, desde entonces hasta su muerte, fue nombrado,
Chimalpopoca, traductor oficial. Durante el viaje a la ciudad de México le va
sirviendo como intérprete ante las autoridades indígenas tradicionales que
salen al encuentro del nuevo gobierno de México.
Fue tanta la convicción de
Maximiliano de aprender las cuestiones indígenas que nombró su preceptor
imperial a don Faustino; éste se encargó de preparar a los emperadores pues
algún día, según decían ellos, les gustaría comunicarse con los indígenas en su
propia lengua. Así pues, él les dio clases de la lengua mexicana y, poco a
poco, fueron aprendiendo este idioma de los mismos labios del abogado
Chimalpopoca Galicia.
Esta noticia alegró a muchos
indígenas y don Mariano Jacobo Rojas, connotado nahuatlahto y profesor de
Tepoztlan, fue a ver al mismísimo emperador de México. Al saber esta afición
por lo indígena que tenía el emperador dijo:
Niauh ninoteixpántiz teixpa in
Hueytlatoani Macximilianótzin, inic niquihtlániz ca in mexihcatlahtolli man amo
tlami, man amo pohpolíhuiz…
Voy a presentarme ante el
emperador Maximiliano para pedirle que nunca se acabe, que no se pierda la
lengua mexicana.
De esta forma la actuación de don
Faustino sirvió para que muchos de sus coterráneos tuvieran oportunidad de
enaltecer la riqueza indígena cultural. Es decir: su actuación no sólo fue
tomada en cuenta sino que se presentó como la guía para que otros indígenas
nahuah tomaran parte en la cosa pública lo cual, finalmente, significó la
participación activa en la historia de México en general y de aquellos
acontecimientos en particular.
Cuando llegaron los emperadores a
la capital, visitaron la Catedral de México; en ella se hizo una gran ceremonia
para recibirlos y recibieron felicitaciones y odas por su llegada. Entre estas
composiciones cabe señalar la de don Faustino Chimalpopoca Galicia quien,
dirigiéndose a los emperadores, les aconsejó: “Vais, Señor, a ocupar el trono
de los aztecas; mas procurad y ejerced en él el imperio de la verdad y de la
justicia”. Sabio consejo que se debería de inculcar a los gobernantes de hoy
día; por ello, sentimos, hacen falta personas como el licenciado Chimalpopoca
quien, con la prudencia y afabilidad que lo caracterizaban, se condujo por un
camino difícil y escabroso.
En esas condiciones se encontraba
nuestro país: por un lado el proyecto liberal burgués y, por el otro, un
proyecto de imperio con una fuerte tendencia indigenista. Nuestro personaje y
paisano optó por la segunda por parecerle que podría de esa forma ayudar a sus
hermanos indígenas en su lucha que ya llevaba poco más de tres siglos. A pesar
que entre las filas del liberalismo se encontraban algunos indígenas intelectuales
esto no fue suficiente para que se entendiera la problemática que aquejaba a
los pueblos. El mismo Juárez nunca entendió el problema agrario desde la
perspectiva de la comunalidad india.
El 25 de junio de 1856 se
promulgó la Ley de Desamortización de bienes muertos, mejor conocida como la
Ley Lerdo, pues su creador fue don Miguel Lerdo de Tejada. Ésta afectaba
considerablemente a las comunidades indígenas: les quitaba la propiedad comunal
de la tierra y la ponía en circulación en el mercado a la deriva de los mejores
postores. Así fue como los extranjeros millonarios empezaron a formar sus
haciendas: con los bienes comunales que otrora fueron de los pueblos
originarios.
Uno de tantos pueblos afectados
fue Tláhuac, el lugar de origen del licenciado Chimalpopoca. Al decir de dos
investigadoras:
Uno de los mayores embates que
sufrieron las comunidades de Tláhuac, fue resultado de la aplicación de la Ley
de Desamortización de bienes de manos muertas, expedida el 25 de junio de 1856,
la cual generó serios trastornos estructurales en el sistema de tenencia de la
tierra en la medida en que muchas de sus posesiones fueron subdivididas y privatizadas.
La respuesta a esta ley fueron
grandes movilizaciones armadas en contra del gobierno juarista; no obstante, también
se empezó a plantear una propuesta alternativa: el indigenismo de Maximiliano
lo hizo comprender que la única solución era devolver las tierras a sus
legítimos detentadores: las comunidades indígenas. Para tal efecto el emperador
ordenó la promulgación de varios edictos y ordenanzas encaminadas a la
restitución de la propiedad comunal indígena. El hecho aquí relevante es que
estos documentos fueron redactados tanto en castellano como en nahuatl; desde
luego el traductor de los mismos fue, nada más ni menos, que don Faustino
Chimalpopoca Galicia.
En la actualidad tales
manifiestos han sido reproducidos en forma facsimilar y de este modo podemos
conocer el contenido de ellos así como la importante participación de
Chimalpopoca en las cuestiones agrarias a favor de los indígenas.
Además es deber señalar que el
licenciado también jugó un papel relevante para que los indígenas mexicanos
pudieran mejorar su condición de vida en el siglo XIX; para ello se constituyó
la Junta Protectora de las Clases Menesterosas y él fue nombrado por el
emperador como presidente de la misma.
Junto a los emperadores don
Faustino realizó un sinfín de viajes y travesías por el territorio mexicano;
pero, para nosotros, es importante señalar que gracias a él los emperadores
visitaron el pueblo de San Pedro Tláhuac, oyeron misa y ofrecieron regalos a la
población nativa; este hecho subsiste en nuestros días en algunos habitantes de
nuestro pueblo y cuentan que:
[…] los habitantes esperaron a
los emperadores en el sitio conocido como “el puente”, en la actualidad está
entre el Huey Atezcatl (el lago de los Reyes) y el ex-restaurante Akalli, allí
desembarcaron y fueron conducidos a la Parroquia. La emperatriz regaló, después
de misa, mantas a las mujeres tlahuacah.
Con el tiempo y, como todos
deberíamos saber, el proyecto de Maximiliano fue derrotado por el gobierno
juarista y, en el Cerro de las Campanas, fue fusilado el emperador en junio de
1867.
Todos los partidarios de Benito
Juárez empezaron una feroz cacería en contra de sus opositores; muchos de ellos
fueron encarcelados y, otros más, fusilados en diversas partes del país. Don
Faustino no fue la excepción; a pesar de que casi nadie apunta que él fue
objeto de persecución, sabemos, gracias a sus descendientes, que esto ocurrió.
María Teresa Sepúlveda y Herrera apunta unas líneas donde la hija de don
Faustino relata cómo fue perseguido por las tropas juaristas pero, hasta ahí,
concluye este hecho. No obstante, sabemos que él regresó a su casa de Tláhuac,
ubicada en Ticic, y huyó en canoa por el Canal del Desagüe, hoy calle Aquiles
Serdán; de esta forma llegó hasta Veracruz y, posteriormente, a Francia, en
donde residió por un tiempo.
En Tláhuac también existió
presión contra los familiares de Chimalpopoca. Su hermano Manuel Chimalpopoca
Galicia, de donde provienen todos los descendientes legítimos de nuestro
personaje en Tláhuac, fue envenenado en el barrio de Tecpan (San Juan) durante
una fiesta. Don Blandino Palacios Calzada, nativo de Tláhuac, especifica que se
le dio el veneno en un jarro con pulque.
Por esta persecución, los
familiares sobrevivientes a esta cacería de brujas, decidieron eliminar el
apellido Chimalpopoca, ya que éste resultaba muy llamativo y fácilmente
identificable. Sólo se conservó el Galicia y así es como hoy, en Tláhuac, los
descendientes de este gran personaje se apellidan Galicia.
Tiempo después y, cuando ya había
pasado el peligro liberal, regresó a su tierra el licenciado Chimalpopoca. Los
últimos años de su vida los pasó trabajando en el Museo Nacional de
Arqueología, Historia y Etnología; algunos de sus trabajos, como el que hoy les
presentamos, fueron publicados en los Anales de dicho museo. En 1877 murió, a
la edad de 72 años, el licenciado don Faustino Chimalpopoca Galicia.
A pesar de su muerte su obra
continúa siendo de una vigencia perenne y, no obstante los que agriamente lo
han criticado, se debe promover el conocimiento de su vida y de su obra.
Tomado de: http://lgpolar.com/page/read/539 el 01-05-2 014
¿Que motivo a este Nahual a escribir este libro??
ResponderEliminarUna posible respuesta la puedes leer en la página 23 hasta la página 26. No está de acuerdo con la interpretación que hacían de la numeración los traductores de la época
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